FIG. 1 pezón + aureola SI FIG. 2 pezòn no
El niño nunca debe chupar solo el pezón.(fig.2) Este debe formar
con la aréola un cono, que haga llegar la punta del pezón hasta el final del
paladar duro.(fig.1) Si el niño chupa solo del pezón no hará una extracción eficiente
y provocará dolorosas grietas y fisuras en la madre, provocando situaciones de
máximo riesgo para la lactancia.
La aréola debe entrar lo suficiente en la boca del niño como para que los senos lactilíferos sean masajeados por la lengua, el labio y el movimiento de la mandíbula en la parte inferior y por paladar, encía y labio en la superior. La estimulación adecuada de la aréola y el pezón desencadena el reflejo de eyección y mantiene la producción de leche.
Los bebes cuando terminan la toma se sueltan espontáneamente por que son capaces de mostrar tanto la saciedad como el hambre.
No se debe retirar al bebe bruscamente del pecho ya que se puede dañar el pezón. Hay que romper antes el vacío de la succión, introduciendo entre las comisuras de la boca el dedo meñique hasta las encías, así en ese momento ya se puede retirar.
Acerca de las grietas de pezón:
Los preparados con
alcohol, glicerina y
benzocaína resecan la piel y la vuelven más frágil.
La principal causa
de aparición de grietas en el pezón es la
mala posición del bebé al mamar. Cuando el
bebe no está bien puesto al pecho y al mamar
sólo coge el pezón, éste es
traumatizado por las encías, causando dolor y
favoreciendo la aparición de grietas.
También se producen
por lavado frecuente o aplicación de
pomadas en el pezón, provocando la desaparición de la
secreción de las glándulas de
Montgomery, perdiéndose su efecto protector
sobre la piel y el efecto
antiinfeccioso que la secreción de estas glándulas tiene.
En raras ocasiones,
se deben a alguna anomalía anatómica:
un frenillo lingual tan corto que no
permite colocar la lengua sobre las encías, o
un frenillo labial que no permite la eversión
del labio inferior o del superior. En estos
casos, será preciso seccionar el frenillo.
La limpieza de la
saliva tras la toma con un
paño suave y seco y la aplicación sobre
la grieta de leche exprimida del mismo pecho,
que se deja secar al aire durante unos
minutos, consigue similares resultados que las cremas. Los
componentes antiinfecciosos y antiinflamatorios y el factor de crecimiento
epidérmico de la leche materna podrían ser útiles
y no existe el riesgo de efectos
secundarios o intolerancia para el niño ni para la
madre. Si las grietas se sobreinfectan,
necesitarán tratamiento tópico con antibióticos o antifúngicos.
La mejor manera de
evitar las grietas del pezón es
colocar al bebé en posición correcta.
No es necesario
limpiar el pezón y aréola antes y después de
cada toma.
No hay que utilizar
cremas, soluciones ni protectores de
celulosa. Es suficiente la ducha diaria.
fuente: lactancia materna: guia para profesionales de la asociación española de pediatría