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DESARROLLO NEUROLÓGICO
Posee equilibrio dinámico durante la marcha y la carrera
Salta con los dos pies
Adquiere estructuras espaciales y temporales
DESARROLLO COGNOSCITIVO
El pensamiento característico de este momento es signado por la
actividad simbólica.
Es un pensamiento egocéntrico, no separa su yo del medio que lo
rodea y se le dificulta tener en cuenta el punto de vista del otro.
En ocasiones, atribuye a seres no reales el origen de algunos acontecimientos.
DESARROLLO COGNITIVO
Caracterización del pensamiento
Posee un adecuado dominio del lenguaje
Entiende más palabras de las que usa
Puede construir oraciones más largas
Utiliza las palabras para identificar, clasificar y comparar las cosas
El empleo de las palabras es una ayuda para sus relaciones con la familia
Le encantan las rimas infantiles y le gusta repetir sonidos
Le gusta inventar sus propias palabras
DESARROLLO SOCIO-AFECTIVO
El mundo del niño de 3 años está constituido por su círculo familiar
inmediato (padres, hermanos, abuelos). Su admiración y amor están
centrados en el padre y la madre. Tiene celos de la relación de ellos y
se siente excluido de ellos.
Asume las diferencias sexuales.
Aparecen
conflictos en su identificación con el adulto: desea identificarse con
el progenitor del mismo sexo.
Le provoca una violenta angustia y una
sensación de inseguridad el nacimiento de un hermano.
Se instala el afianzamiento del yo: el niño se convierte en objeto de
vivencias, se vuelve consciente de sí en su encuentro con el mundo y en
su actividad en él.
Es curioso, busca explicar fantasiosamente aspectos de la realidad.
Posee una conducta más sociable.
Puede captar expresiones emocionales de
los otros (alegría, enojo).
El niño experimenta frente a las cosas su propio poder y su impotencia,
por este medio encuentra paulatinamente el camino para llegar a su yo.
El yo social se desarrolla con otras personas y es portadora de
sentimientos de simpatía y antipatía.
El yo activo se desarrolla a
partir de la relación con los objetos y se verifica en forma de juego,
por tal razón el yo lúdico es la forma más importante del yo activo en
esta etapa.
INDEPENDENCIA Y HABITOS
Oscila entre la independencia que le permite jugar y la dependencia y
necesidad de consuelo propias de un bebé.
Comienza hacer valer sus
derechos, y su conducta se caracteriza por una actitud desafiante.
Realiza pequeños encargos en la casa, ayuda a la madre en sus tareas.
Puede alimentarse, con cuchara, por sus propios medios y usar el vaso,
maneja a su modo el tenedor.
Es capaz de lavarse y secarse las manos,
cepillarse los dientes.
Suele resistirse a comer cuando produce alguna perturbación en la relación con los padres.
Sobrelleva momentos de frustración o soledad succionando su pulgar, una
sábana o frazada o llevando a cabo acciones propias de un bebé.
En
momentos de angustia puede no controlar esfínteres.
Tiene dificultades
para dormir, relacionados con sus propios temores y ansiedades.
Desea
mostrar todo lo que posee para negar de ese modo sus sentimientos de
pequeñez.
DESARROLLO FISICO
Aumenta el peso, y su talla entre unos 6-8 cm. por año
Completa la dentición
Controla esfínteres
El cuerpo es funcionalmente asimétrico con un lado dominante
A los 3 años la denominada -crisis del desarrollo- da lugar a una
“autonomía” en el niño que antes no existía. La dependencia del adulto
disminuye, lo que no significa que el niño no necesite de éste.
DESARROLLO PSICOSEXUAL
Le produce satisfacción jugar con su cuerpo y con sus genitales (etapa anal).
Se masturba y encuentra en ella una fuente de consuelo.
El acto de defecar va acompañado de cualidades agresivas. Los
excrementos y orina adquieren en su fantasía poderes mágicos.
Tiene
miedos de sus propios excrementos.
La etapa fálica comienza aproximadamente a los 3 años y medio cuando
aparecen las distinciones de sexo y sus correspondientes conflictos
(angustia de castración y complejo de Edipo).
Experimenta gran interés por los productos de su propio cuerpo.
PSICOMOTRICIDAD
Motricidad gruesa:
Puede mantenerse en equilibrio con los talones juntos.
Su correr es más
suave y espontáneo, acelera y modera la velocidad con mayor facilidad.
Da vueltas más cerradas y domina las frenadas bruscas.
Inhibe mejor los
movimientos involuntarios.
Puede mantenerse en un solo pie durante unos
segundos.
Da pasos de marcha y carrera sobre las puntas de los pies.
Camina hacia atrás largas distancias.
Salta con los dos pies juntos
desde una altura de 30cm.
Patea pelotas grandes con facilidad.
Se siente
capaz de todo tipo de maniobras y acrobacias.
Al subir las escaleras,
lo hace con mayor soltura y seguridad, alternando los pies cuando baja.
Empieza a manifestar predominio de su lado hábil.
Les gusta pedalear un
triciclo, lanzar pelotas y hamacarse.
Motricidad Fina:
Puede sacarse los zapatos, desabrocharse botones de adelante y de
costado, pero aún se le dificulta prenderlos.
Puede servir líquidos de
una jarra no muy pesada a un vaso sin derramar.
Posee control de partida y llegada del dibujo, utilizando lápices y
pinceles.
Imita la forma de tomar el lápiz de los adultos, hace la pinza
correctamente.
Realiza trazos mejor definidos y controlados.
No puede
doblar un papel en diagonal porque es inepto en los planos oblicuos.
Tiene una manipulación más fina del material de juego.
Construye torres,
tiene mayor dominio de la coordinación en la dirección vertical.
LENGUAJE Y COMUNICACIÓN
El vocabulario pasa de unas cuantas palabras a varios cientos.
Las
frases se hacen más largas y complicadas, incluyendo preposiciones y
artículos.
Aparecen el género y el número en las palabras.
Utiliza
formas verbales compuestas (ando y endo).
Repite oraciones.
Puede describir el uso de objetos cotidianos, se divierte con el
lenguaje, disfruta los poemas y reconoce cuando se le dice algo absurdo.
Responde a preguntas simples.
Expresa a través del lenguaje sus ideas y sentimientos de ambivalencia
(amor, odio).
Comprende relaciones entre acontecimientos y las expresa
lingüísticamente.
Lenguaje egocéntrico:
El lenguaje egocéntrico no está destinado a los demás, y esto ocurre
porque el niño no tiene en cuenta la capacidad de comprensión del otro.
No tiende a establecer verdades sino a satisfacer deseos.
Utiliza en
bastantes frases el “yo” y el “mi” (antes se llamaba por el nombre).
Se
consideran tres estadíos:
- Repetición o Ecolalia: el niño repite sílabas o palabras que ha
escuchado aunque no tengan gran sentido para él, las repite por el
placer de hablar, sin dirigirlas a alguien.
- El monólogo: el niño habla para sí mismo, como si pensase en voz alta.
No se dirige a nadie, por lo que estas palabras carecen de función
social y sólo sirven para acompañar o reemplazar la acción. La palabra
para el niño está mucho más relacionada a la acción que en el adulto. De
este hecho resaltan dos consecuencias importantes: en primer lugar, el
niño está obligado a hablar mientras actúa, incluso cuando está sólo,
para acompañar su acción; en segunda instancia, el niño puede utilizar
la palabra para producir lo que la acción no puede realizar por sí
misma, creando una realidad con la palabra (fabulación) o actuando por
la palabra, sin contacto con las personas ni con las cosas (lenguaje
mágico).
- Monólogo en pareja o colectivo: cada niño asocia al otro su acción o a
su pensamiento momentáneo, pero sin interesarse por ser escuchado o
comprendido realmente. El punto de vista del interlocutor es
irrelevante; el interlocutor sólo funciona como provocador, ya que se
suma al placer de hablar por hablar el de monologar ante la presencia de
otros. Durante el monólogo colectivo, las frases dichas son sólo
expresiones en voz alta del pensamiento de los integrantes del grupo,
sin intenciones de comunicar nada a nadie.
EL JUEGO
El juego característico del niño de tres años es el juego simbólico o
de ficción (“hacer como si”), esta es una de las cinco conductas que
caracterizan la función de representación (las otras son: la imagen
mental, la imitación diferida, el lenguaje y el dibujo).
Los juegos simbólicos que practican espontáneamente los niños tienen las siguientes características:
Se realizan en forma individual (juego solitario) o al lado del otro pero sin interacción (juego paralelo)
No hay juego organizado ni socializado (cada uno actúa separadamente en un “monólogo colectivo”)
Cada uno utiliza su propio símbolo (representan los objetos de la realidad con símbolos distintos)
Los roles son casi siempre los mismos
No hay coherencia, orden, sucesión lógica ni secuencias de las acciones
No existe intencionalidad (actúa por la satisfacción de jugar)
A medida que el niño se desarrolla, el juego simbólico va
evolucionando en forma natural y paulatina, favorecido por los procesos
de su pensamiento, que va superando el egocentrismo, y por su mayor
nivel de socialización.
EXPRESIÓN PLÁSTICA
Fase inicial (pre esquemática)
Transcurre entre los tres y los cinco años
Aparecen representaciones comprensibles para el adulto
La primera representación que aparece es la figura humana en forma de renacuajo
Paulatinamente aparecen objetos de interés para el niño
El niño se concentra en representar las formas, el color tiene un interés secundario
Coexisten objetos reconocibles con formas incomprensibles (garabatos)
En tercera dimensión modela objetos reconocibles
Los niños de 3 años se encuentran en la etapa de “realismo
fortuito”, donde realizan movimientos con el lápiz por simple placer
motriz, de esta forma pueden descubrir por casualidad que sus trazos se
parecen a algo, intentan repetirlo y así aparece la intencionalidad.
La etapa siguiente llamada “realismo frustrado y fallido” comienza
recién a los 3 años y medio, allí comienzan a tener una intencionalidad
de representar algo, pero se encuentran con dos obstáculos que le
impiden que su representación sea igual a la realidad, uno es de orden
físico y el otro de orden psíquico.