Lanzamiento o proyección:
Los niños de 2 y 3 años lanzan balanceando el brazo hacia
delante y abajo, manteniendo los pies quietos.
A partir de los 3 1/2 a 5 años realizan un movimiento de rotación hacia un lado del cuerpo y un balanceo del brazo hacia un lado y hacia atrás, los pies no varían su posición.
Entre los 5 y 6 años, añaden un paso adelante con el pie del mismo lado que el brazo lanzador. Comienza el movimiento del brazo que se balancea hacia un lado, arriba y atrás, y en el momento que se inicia el lanzamiento el niño da un paso adelante; al desplazar el peso hacia delante añade fuerza al lanzamiento. Por el contrario al usar el pie del mismo lado que el brazo ejecutor limita la acción coordinada de movimientos y por tanto el lanzamiento adquiere el mismo ritmo extraño que en estadios anteriores.
A partir de los 3 1/2 a 5 años realizan un movimiento de rotación hacia un lado del cuerpo y un balanceo del brazo hacia un lado y hacia atrás, los pies no varían su posición.
Entre los 5 y 6 años, añaden un paso adelante con el pie del mismo lado que el brazo lanzador. Comienza el movimiento del brazo que se balancea hacia un lado, arriba y atrás, y en el momento que se inicia el lanzamiento el niño da un paso adelante; al desplazar el peso hacia delante añade fuerza al lanzamiento. Por el contrario al usar el pie del mismo lado que el brazo ejecutor limita la acción coordinada de movimientos y por tanto el lanzamiento adquiere el mismo ritmo extraño que en estadios anteriores.
A partir de los 6 1/2 años, aparece la forma madura o experta de efectuar un lanzamiento (patrón motor maduro).
Recepción o atrapar:
El dominio de esta habilidad motriz básica se
desarrolla a ritmo lento en comparación con otras habilidades porque
necesita de la sincronización de las propias acciones con las acciones
del móvil, exigiendo unos ajustes perceptivo-motores complejos.
Los
brazos han de perder la rigidez de las primeras edades (2 a 3 años),
para hacerse más flexibles, localizándose junto al cuerpo (4 años).
Hacia los 5 años la mayoría, al menos el cincuenta por ciento, de los
niños están capacitados para recepcionar al vuelo una pelota.
A
la hora de desarrollar esta habilidad es necesario tener en cuenta
aspectos importantes como el tamaño y la velocidad del móvil.
Fuente: http://blogatenciontemprana.blogspot.com/2010/07/habilidades-motoras-basicas_19.html
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